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Una confusión frecuente es la de asociar el TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN CON / SIN HIPERACTIVIDAD E IMPULSIVIDAD (TDAH) sólo al fracaso escolar y a una menor inteligencia del niño que lo padece. Por término medio los niños con TDAH tiene una inteligencia promedio dentro de la normalidad, pero algunos tienen capacidades intelectuales superiores a la media por lo que inicialmente pasan más desapercibidos sus problemas atencionales.

La atenciónón es necesaria para cualquier aprendizaje y para la realización de cualquier actividad más o menos compleja, pero en el Trastorno por Déficit de Atención, se afecta más la función ejecutiva (que supone la capacidad de gestión, conducta, autocontrol, capacidad organizativa, memoria de trabajo,..), independientemente de que otras capacidades que tenga el paciente estén aumentadas o sean normales (inteligencia en este caso).

La afectaciónón del déficit de atención sobre el paciente va a ser más o menos visible según el resto de las capacidades. Por ejemplo, un estudiante con inteligencia media alta o superior, puede estar aprobando las asignaturas como un estudiante regular o normal, y no llamar la atención como un paciente TDAH, aunque claramente lo sea.

Esto nos plantea si sería en este caso lógico diagnosticar y tratar a un paciente con estas características, en el que todavía no se ve un fracaso escolar claro, aunque sí se ve un problema en las funciones ejecutivas (los padres ven que el niño no estudia o no hace los deberes como debiera, no sigue un horario, no se organiza,...), y hay un miedo lógico a que pueda aparecer el fracaso escolar ante un nivel escolar más alto en cursos académicos posteriores con mas exigencias.

Nuestra opinión, como la de muchos profesionales dedicados a tratar a los pacientes con TDAH, es que estos casos sí que deben tratarse y en todo caso realizar un seguimiento próximo de cómo va su evolución. Si no se ponen en práctica las medidas oportunas se corre el riesgo de que aparezcan problemas en la evolución de su escolaridad y derive en un posible fracaso escolar.

Creemos que si los pacientes que no son detectados a tiempo, y que por lo tanto no son tratados, o que habiendo sido detectados por una u otra razón se dilata la intervención terapéutica, aunque luego se traten o se corrija su problema, estos chicos o chicas pueden tener una base académica peor que otros alumnos compañeros suyos, incluso menos inteligentes, influyendo en su adaptación y su futuro académico.

EQUIPO INVANEP

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