Desde el Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica queremos hablar hoy del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad desde una perspectiva básica y cercana.
El TDAH es es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes de la niñez. Un trastorno que afecta a entre un 2 y un 5% de la población infantil.
¿Cómo se definiría el TDAH?
Es un Trastorno del neurodesarrollo, que tiene una base neurobiológica evidenciada científicamente a nivel anatómico cerebral, bioquímico, genético, neuropsicológico, y con hallazgos neurofisiológicos concordantes. Hoy dia el TDAH está muy bien estudiado y perfectamente definido, sin lugar a dudas.
El diagnóstico es clínico basado en tres manifestaciones pricipales en las que predomina en primer lugar la inatención, asociándose en segundo lugar la hiperactividad, pero ojo!, no siempre; y en tercer lugar la impulsividad.
Se trata de un Trastorno muy frecuente, 1 de cada 20 niños, uno de cada aula escolar, y en realidad ocurre por un decalage en la maduracion cerebral sobre todo en las areas cerebrales encargadas de los procesos atencionales, que no se desarrollan de forma paralela para la edad cronológica correspondiente del niño.
¿Que lo diferencia de un niño o niña que puede ser más nervioso o hiperactivo?
Los niños pueden ser nerviosos, movidos o hiperactivos y eso puede ser normal, así que no todo niño “movido” es un TDAH, sobre todo cuando son mas pequeños. Pero cuando los signos son tan relevantes que inciden en su funcionamiento social o académico, entonces ya empieza a ser un problema y los padres y los profesores comienzan a percatarse. De todas formas la expresividad clínica es muy variable.
La inatención, aunque no sea el signo más ostensible, es el que condiciona mayores problemas, y conlleva dificultades del aprendizaje. No se organizan bien y hay que estar muy pendientes de que cumplan lo que se espera de ellos. Sin embargo, cuando algo les interesa si que lo hacen bien, por eso a veces les tildan de vagos.
La hiperactivdad se asocia a que los TDAH pueden hacer muchas cosas, pero pasan de una actividad a otra sin llegar a completar la anterior. Van muy a su aire. Y los casos asociados a impulsividad y conductas disrruptivas comportamentales empeoran cuando se hacen mayores. La intolerancia a la frutacion es bastante frecuente.
¿Cuál es la importancia de las pruebas neuropsicológicas y neurofisiológicas en el diagnóstico?
Las pruebas neuropsicológicas son de la mayor importancia, incluyendo las funciones ejecutivas, pues permiten conocer el perfil del funcionamiento cerebral superior de cada niño. Como ya hemos publicado en revistas científicas, en el Invanep tenemos experiencia, en base a estas pruebas, para elegir mejor el medicamto más específico para cada caso concreto, lo que permite mayores éxitos.
Los estudios neurofisiologicos sobre el registro de la actividad bioeléctrica cerebral no son diagnósticos del TDAH, pero muestran hallazgos concordantes asociados al mismo que afianzan el diagnóstico e identifican mejor a los pacientes respondedores, como los potenciales evocados psicofisiológigos, ya que después de un periodo de tratamiento pueden verse las mejorias de forma más objetiva. Estos estudios neurofisiológicos sí pueden realizarse en el Invanep.
¿Qué tipo de tratamientos existen para tratar el TDAH?
El tratamiento multimodal, cognitivo/conductual asociado al farmacológico es con mucho el más eficaz sin lugar a dudas. Los síntomas nucleares de inatención, hiperactividad e impulsividad responden de forma más eficaz con los fármacos, y los de disrregulación emocional con el apoyo psicopedagógico y psicoeducación.
Hay dos tipos de fármacos, los estimulantes (que actuan por la vía dopaminérgica), y los no psicoestimulantes (que utilizan la vía noradrenérgica). Una buena anamnesis clínica y conocer el perfil neuropsicológico, permite una elección farmacológica más eficaz, como hacemos en Invanep.
Los efectos adversos apenas son relevantes cuando se acierta con el fármaco y se hace una escalada controlada, sobre todo en los pacientes que tienen una metabolización lenta famacológica, de lo que tenemos mucha experiencia.
¿Cuál es el pronóstico detrás de los tratamientos, sobre todo para la edad adulta?
Hemos apreciado en el seguimiento de nuestros pacientes como el pronóstico es bueno si se siguen las indicaciones terapéuticas y no hay dicontinuidad. No es un problema para toda la vida, ni mucho menos, aunque cada caso es particular.
En la edad adulta los problemas pueden ser mucho menos relevantes si se ha seguido bien el tratamiento. En caso contrario, la carga genética puede condicionar comorbilidades negativas, y un 30-40 % de los adultos pueden tener síntomas residuales, aunque puedan hacer una vida sin demasiados problemas. Y cuando aparecen disfunciones, el tratamiento farmacológico mejora mucho la evolución, como hemos evidenciado en Invanep en los casos que controlamos. Muchos de los adultos que vemos son padres de nuestros propios pacientes.
Dr. Fernando Mulas. Neuropediatra. Director del INVANEP