Regresar a las clases de manera presencial después de unas merecidas vacaciones y de un largo verano, era lo normal en el ciclo de vida escolar en cualquier de chico/a durante sus estudios. Sin embargo, este retorno de septiembre 2020 se ha convertido en una gran incertidumbre para padres, maestros, tutores y hasta para ellos y ellas, los alumnos, que son los menos expresivos y los más afectados.
No hay aún un plan exacto de cómo se llevará la dinámica, sobre todo en cómo establecer y controlar las habilidades sociales y emocionales de los estudiantes. Cómo se adaptarán en el aula ante la nueva forma de interacción social con el uso de la mascarilla y el distanciamiento interpersonal. La expresión facial, sólo depende de los ojos, de la mirada, del contacto visual, del ojo a ojo y no del cara a cara. La tristeza, la alegría, el enojo o cualquier otra emoción solo se expresa a través de la mirada y de un tono de voz modificado por la mascarilla. Pero más allá de esto también está el temor al contagio, y la pregunta que se plantea es: ¿será suficiente para evitar el contagio el uso de la mascarilla, el distanciamiento y el aseo frecuente de manos? De momento ha sido suficiente teniendo en cuenta el gran poder de esparcimiento del virus.
Lo único que sí está claro es que todos los niños deben presentar y demostrar un buen estado de salud y que ante cualquier signo o síntoma como dolor de garganta (odinofagia o disfagia), catarro, rinorrea (moco ), febrícula, fiebre, conjuntivitis, tos, malestar general, dolor abdominal, diarrea, alergia, rinitis, faringitis o erupción en piel, pérdida de voz, lesiones en piel de origen desconocido, cefalea o cualquier otra manifestación similar será considerada como signo de alarma,esté o no relacionada con COVID 19, y que por tanto es motivo absoluto y suficiente para retirarle del colegio o instituto y de no asistir presencialmente a clase.
El siguiente paso inmediato y en paralelo es ponerse en contacto con su pediatra o médico de cabecera para tomar las medidas pertinentes.
Indudablemente el COVID-19 nos modificó la vida a todos y los niños y adolescentes no escapan de esta premisa. Sin embargo, es evidente que la alegría de disfrutar las vacaciones y retornar a clases nunca va a cambiar en ellos ni en sus caritas.
Equipo del INVANEP