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Es muy frecuente que en los niños preescolares se presente ante situaciones incómodas reacciones explosivas extremas como rabietas, berrinches, pataletas, irritabilidad, gritos, llanto incontrolable, furia, etc. En algunos casos con auto /hetero agresión convirtiéndose en motivo de consulta frecuente, como queja de padres, maestros y cuidadores.

Estas actitudes se engloban en lo que se denomina Baja tolerancia a la frustración o intolerancia al fracaso y significa la escasa o nula regulación de sentimientos y sensaciones, manifestada por la incapacidad para controlar emociones ante el no cumplimiento de deseos, exigencias y demandas. Puede presentarse de forma aislada o formar parte de otros trastornos conductuales.

Esta puede ser una manifestación normal y signo de inmadurez a la hora de afrontar nuevas y no tan agradables situaciones, y que a veces no basta con establecer pautas de enseñanza de como tolerar la frustración a corta edad a través de normas y límites con firmeza, el aprendizaje de aceptar el “no” como respuesta, y a la no adaptación a los cambios de patrones y rutinas. Generalmente el primer evento aparece después de los 12 meses, iniciando entre la edad de un año y 18 meses, empeorando entre los 2 y 3 años, desapareciendo a los 4 años, coincidiendo con las etapas de madurez cerebral y con la adquisición de habilidades de adaptación, flexibilidad cognitiva y el desarrollo de las funciones ejecutivas.

Esta manifestación puede ser el resultado de rasgos de implulsividad, impaciencia, ansiedad e inflexibilidad presentes en algunos trastornos del neurodesarrollo, como en Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad o en los Trastornos del Espectro Autista. Pero qué significa, ¿Cuándo preocuparnos? o ¿Qué hacer ante la presencia repetida y periódica de dicha expresión?

La frustración es un estado emocional que resulta del no poder satisfacer alguna necesidad, ilusión o deseo. Es una forma de demostrar excesiva sensibilidad a lo que a su parecer es desagradable, molesto, o ante demoras o que simplemente no se cumple sus deseos. Tolerar la frustración significa ser capaz de afrontar los problemas que encontramos a lo largo de la vida a pesar de las molestias que puedan causarnos. Se supone que con la madurez cerebral la tendencia de que ocurran estas manifestaciones emocionales debe disminuir hasta desaparecer.

Si esto no ocurre es probable que el Sistema Ejecutivo que dirige, controla e inhibe los actos no está realizando su función efectivamente. La capacidad para controlar las emociones y adaptarnos a una situación determinada no está presente por una disfuncionalidad del área ejecutiva y de los neurotransmisores en el área prefrontal del cerebro. Accionándose y manteniéndose el control de las emociones a nivel del sistema límbico que es más primitivo, indicando a su vez una inmadurez cortical.

¿Cuándo considerar que se trata de una manifestación anormal y que hay que acudir al especialista? 

Si la reacción  está presente con mayor intensidad y frecuencia después de los cuatro años de edad, si  hay auto/hetero agresión, si hay apneas o desmayos, si este va acompañado de pesadillas, terrores nocturnos, ante la regresión en  cualquier hito del desarrollo, epigastralgia, ansiedad o apego excesivo con  los padres.

Es de esta manera motivo de consultar con el pediatra, el psicólogo y con el neuropediatra para estudiarlo y descartar que se trate de un signo o síntoma de un trastorno generalizado del neurodesarrollo o formar parte de otra condición asociada.

Equipo de INVANEP

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