La cefalea es un síntoma indicador de una patología que puede ser banal o grave. El orientarse con un síntoma como la cefalea requiere experiencia clínica, para no caer en el error de pensar que siempre es un proceso grave y realizar pruebas innecesarias, o lo contrario, pensar que siempre es un proceso banal, ¿cómo se orienta el neuropediatra?

En primer lugar hay que delimitar la misma cefalea. Con las preguntas al paciente hay que averiguar donde duele, de que forma duele y con que frecuencia, qué síntomas acompañantes ocurren, y todo esto presentado en una evolución temporal o en un diario, nos dará la clave de un patrón compatible con un proceso más o menos agudo, más o menos grave. También hay que valorar los antecedentes de familiares que padecen cefaleas, y posibles desencadenantes circunstanciales o ambientales que pueden provocar cefaleas.

Posteriormente una exploración neurológica experta en busca de signos neurológicos a veces muy sutiles, nos puede encaminar a pensar en un tipo y/o grado de afectación que al solaparlo con la anamnesis nos permitirá ver las coincidencias en ritmos de intensidad, o patrones de evolución, a veces poco claros, pero que nos serán útiles para perseguir o intentar un diagnóstico más preciso con las exploraciones complementarias. Se valorarán el estado general, los pares craneales, los reflejos miotáticos, las pruebas cerebelares y el fondo de ojo. Se buscará la integridad de las vías neurológicas y la simetría de las pruebas, siendo especialmente importante valorar con el fondo de ojo un posible aumento de presión intracraneal, con la nitidez papilar.

Finalmente, y teniendo en cuenta toda la valoración, se pensará en el tipo de cefalea más probable y se solicitarán las exploraciones complementarias que sean más resolutivas en el diagnóstico. Se suele solicitar un electroencefalograma, que por su inocuidad y aportación de datos, puede descartar problemas y puede ayudar en la decisión de pedir posteriormente una neuroimagen (resonancia magnética cerebral). Hay síntomas de alarma tanto en la anamnesis como en la exploración física, como en el EEG, que nos indicarán realizar una neuroimagen. A veces es necesaria una valoración evolutiva.

En las cefaleas tensionales, se ha descartado la gravedad de otras etiologías, pero para orientar a un tratamiento eficaz hay que descartar problemas atencionales, lo cual alarga la exploración y el estudio, pero si el diagnóstico es certero, el tratamiento solucionará la cefalea y su trasfondo de forma eficaz.

Cómo resumen decir que la cefalea requiere un estudio diagnóstico por un profesional experto.

Equipo INVANEP