CORRELACIONES NEUROANATÓMICAS FUNCIONALES DEL
ÁREA PERISILVIANA
Montserrat Palau Baduell
Los trastornos del espectro autista abarcan un continuo
de trastornos que van desde el autismo grave hasta el
autismo leve y síndrome de Asperger. Se consideran
un subgrupo de los trastornos generalizados del desarrollo,
y se caracterizan por la alteración de tres áreas
de la conducta, la alteración cualitativa en
la interacción social recíproca, la alteración
cualitativa en la comunicación y patrones de
conducta, intereses y actividades restrictivos, repetitivos
y estereotipados. Estas alteraciones se expresan en
mayor o menor severidad dependiendo del nivel de gravedad
del trastorno y pueden ser detectadas y cuantificadas
por instrumentos clínicos como el ADI-R (Autism
Diagnostic Interview-Revised) y el CARS (Childhood Autism
Rating Scale).
La magnetoencefalografía (MEG) es una técnica
no invasiva de neuroimagen funcional, que registra la
actividad funcional cerebral, permitiendo estudiar las
relaciones entre las estructuras cerebrales y sus funciones.
El objetivo de este estudio es establecer una relación
entre las características conductuales específicas
del autismo - valoradas mediante el ADI-R y el CARS
- y las estructuras y funciones cerebrales, fundamentándose
en el análisis de los efectos conductuales de
las lesiones funcionales halladas a nivel de la Cisura
Silviana en los niños con trastornos del espectro
autista.
Todos los pacientes mostraban actividad patológica
epileptiforme, con mayor predominio en la zona perisilviana.
Obtuvimos correlaciones de Spearman estadísticamente
significativas entre el ítem patrones de comportamiento
restringidos, repetitivos y estereotipados del ADI-R
y el área de la circunvolución precentral
inferior derecha, así como el ítem anormalidad
o desvío en el desarrollo evidente antes de los
36 meses de edad correlacionó positivamente con
el área de la circunvolución supramarginal
derecha y negativamente con el área de la circunvolución
postcentral izquierda. También correlacionó
significativamente la cantidad de áreas perisilvianas
con actividad epileptiforme y la incapacidad cualitativa
en la comunicación del ADI-R. Así como,
algunos ítems del CARS con áreas de la
zona perisilviana.
Nuestros resultados confirman que las alteraciones
funcionales de las distintas áreas que conforman
la zona perisilviana están relacionadas con los
diversos rasgos conductuales que definen y caracterizan
al autismo.

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Figura 1. Magnetoencefalografía en un niño
con autismo infantil grave. Se observa una mayor concentración
de dipolos (triángulos rojos en las imágenes
de RM) en la zona perisilviana del hemisferio izquierdo
Correlaciones de Spearman entre
ADI-R y MEG
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Los patrones de comportamiento restringidos,
repetitivos y estereotipados (ADI-R crre) del ADI-R
y los dipolos por minuto en la circunvolución
precentral inferior derecha (PreCSilv D).
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