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Bases
clínicas neuropediátricas y patogénicas
del Trastorno de espectro Autista |
Ponente:
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Dr. Fernando Mulas
Director del Instituto Valenciano de Neurologia
Pediátrica (INVANEP)
Jefe de Neuropediatría y Profesor Asociado,
Hospital LA FE, Valencia.
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Hora: 10.25 Dia
: 27 de Febrero del 2004 |
RESUMEN
La dimensión del Trastorno del Espectro
Autista (TEA) abarca una complejidad clínica considerable
que es a su vez expresión de la multitud de sistemas implicados
en el funcionamiento del sistema nervioso central, poniéndose
cada vez mas en evidencia distintos factores biológicos con
la esperanza de que ello facilite el conocimiento de los mecanismos
causales mas determinantes de la aparición de la que, posiblemente,
sea la problemática mas dramática que afecta al desarrollo
cerebral del niño aparentemente sano.
El diagnostico del TEA es similar al del retardo
mental o al de la demencia y necesita una evaluación clínica
cuidadosa, que incluye los siguientes aspectos:
- Evaluación neurológica
- Evaluación neuropsicológica
- Evaluacion neurolingüística
- Estudios complementarios: Estudios cromosómicos, especialmente
descartar X-Frágil,
Estudios neurofisiológicos y de Neuroimágen (TAC,
Resonancia Magnética Nuclear,
Espectrocopia, Magnetoencefalografía...)..
La actuación del neuropediatra comienza
por la citada valoración clínica en el momento de
la primera exploración neurológica, teniendo presente
la edad cronológica, antecedentes fisiológicos y patológicos,
y planteando el control neuroevolutivo a largo plazo, analizando
el inicio de las manifestaciones clínicas, los síntomas
clínicos iniciales y los criterios conductuales, siendo estos
últimos los siguientes:
1. Alteraciones cualitativas en la interacción social recíproca
2. Alteraciones cualitativas de la comunicación
3. Patrones de comportamiento, intereses y actividades restrictivas,
repetitivas y
esterotipadas.
Los signos de alarma deben ser identificados desde
que aparecen para hacer un seguimiento específico, a la vez
que se planifican las exploraciones complementarias precisas que
posibiliten identificar determinados mecanismos causales, tanto
para conocer cuando hay resultados específicos como para
saber que es lo que no tiene el paciente, y poder así hacer
así una mejor aproximación ante los planteamientos
terapéuticos y pronósticos.
Las evidencias científicas del substrato
y compromiso orgánico del trastorno del espectro autista
se basan en estudios neuroanatomopatológicos, de neuroimagen
neuroquímicos, neurofisiológicos, y genéticos,
estos últimos con especial relevancia, siendo también
significativo como cada vez mas casos se asocian a patologías
específicas con etiologías bien conocidas.
En todo caso todavía no se sabe con precisión
las causas determinantes del TEA y posiblemente sea útil
analizar los casos con una etiología conocida y correlacionarlos
con otros similares. La asociación de hallazgos específicos
y los estudios futuros permitirán definir mejor las bases
y el substrato neurobiológico del origen complejo y múltiple
del espectro autista, lo que posibilitará una intervención
terapéutica temprana y mas eficaz, que en definitiva es el
anhelo primordial ante los niños con trastorno del espectro
autista.
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