La comorbilidad del trastorno del espectro autista y el déficit de atención con hiperactividad. Estudio de revisión
Berenguer-Forner, Carmen*, Miranda-Casas, Ana*, Pastor-Cerezuela, Gema*, Roselló-Miranda, Rocío**
* Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación. Universidad de Valencia.
** Servicio de Psiquiatría. Hospital Arnau de Vilanova. Valencia. España.
Resumen:
El DSM-5 permite por primera vez el diagnóstico de TEA+TDAH, atendiendo a las investigaciones que ponen de manifiesto la elevada prevalencia de la co-ocurrencia de ambos trastornos. El trastorno de espectro autista y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad son dos trastornos del neurodesarrollo que afectan negativamente tanto a los individuos que lo sufren como a su entorno familiar y la presentación conjunta de ambos tiene importantes implicaciones. Por consiguiente, es necesario profundizar en los procedimientos de identificación y evaluación para diseñar programas de tratamiento más efectivos.
Este ha sido el objetivo de la presente revisión, que incluye los estudios que han sido publicados entre 2010 y 2014 y cuentan con muestras de niños y/o adolescentes con TEA+TDAH. Se excluyen trabajos sobre etiología, estudios teóricos, revisiones o comentarios, investigaciones de caso único, más aquellas donde el diagnóstico primario es una condición diferente a TEA o al TDAH. Finalmente considerando los criterios de inclusión y exclusión se seleccionaron 33 artículos.
Desde una perspectiva epidemiológica se analizan los trabajos sobre prevalencia TEA+TDAH en población clínica, para pasar a los hallazgos relativos a procesos ejecutivos y de cognición social. Finalmente se abordan los trastornos asociados a la coexistencia TEA+TDAH.
Las tasas de prevalencia de TEA+TDAH oscilan entre el 31 y 37%, según las últimas publicaciones. No obstante, existen datos del 53% o del 56% debido en parte al reducido número de participantes o cuando se trata de muestras de centros especializados en el trastorno autista. En cuanto al género, la prevalencia es superior en hombres que en mujeres en una proporción de 4:1. Igualmente, la presencia de problemas psicológicos asociados en el grupo comórbido es elevada, con tasas que llegan al 46%.
Recientes investigaciones profundizan en el papel que desempeñan los componentes de las funciones ejecutivas y la cognición social en el TEA y el TDAH. Ambos trastornos comparten déficits ejecutivos, aunque la naturaleza de los mismos es distinta. Los escasos trabajos que analizan el perfil neurocognitivo, en estos grupos clínicos, sugieren más problemas en niños TEA+TDAH, aunque con resultados poco consistentes. Las tareas neuropsicológicas señalan en general el impacto negativo que tiene la sintomatología de inatención e hiperactividad en niños con TEA, tanto en la memoria de trabajo como en los procesos atencionales. Igualmente se ha detectado una mayor lentitud de respuesta en el grupo TEA+TDAH y déficits más acusados en control inhibitorio. No obstante, otros trabajos no han llegado a las mismas conclusiones debido en parte al tipo de tarea utilizada, para medir el control inhibitorio.
Las últimas investigaciones sobre cognición social, profundizan en la teoría de la mente-ToM y coinciden con investigaciones previas, al destacar mayores anomalías en el procesamiento y reconocimiento de emociones en niños TEA+TDAH, causadas en gran parte, por los síntomas de inatención. Concretamente, los niños TEA+TDAH presentan una peor identificación de emociones faciales y un estilo de procesamiento focalizado en los detalles.
Por otra parte, los enfoques actuales alertan de la peor calidad de vida de los niños con TEA+TDAH, al presentar síntomas más severos de otras psicopatologías que los niños con TEA o con TDAH puro. Los estudios realizados aportan información complementaria evidenciando más dificultades en el funcionamiento adaptativo, problemas de conducta, síntomas depresivos, fobias y rabietas. Además de problemas de comunicación y lenguaje, y peores habilidades para la vida diaria. Todo ello tiene serias repercusiones en el ámbito social, al presentar una conducta en general más desadaptada. Los recientes estudios publicados ponen de manifiesto que la presencia de TDAH en niños autistas potencia comportamientos impulsivos e hiperactivos. En cuanto a otras psicopatologías, como la esquizofrenia, las investigaciones realizadas muestran más rasgos de personalidad esquizoide en niños TEA+TDAH.
De modo que el conocimiento de marcadores tempranos que permitan identificar la co-ocurrencia del TEA y del TDAH, puede tener un valor predictivo importante. Entre los indicadores que podrán ayudar a la identificación de este grupo clínico, estarían el retraso del leguaje y la frecuencia e intensidad de problemas de conducta, como las rabietas, y la irritabilidad.
El elevado coste social y de salud mental que implica la presencia de TEA+TDAH justifica el despliegue recursos destinados a la realización de evaluaciones más precisas y el diseño de programas de tratamiento multidisciplinares más eficaces.