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El temblor neonatal es un fenómeno frecuente, que consiste en movimientos rítmicos e involuntarios generalmente localizados alrededor de un eje fino y que pueden ser contenidos con la sujeciòn o la flexión pasiva de la extremidad afectada.

Se presentan en una proporciòn aproximada de 44% de los bebes sanos.
El término anglosajón jitteriness se ha utilizado para describir de forma indistinta cualquier tipo de temblor, independientemente de su etiología o características. Cuando un bebé llora intensamente puede mostrar temblores,los cuales usualmente tienen una alta frecuencia, (seis o más veces por segundo), y una baja amplitud (menor a 3 cm).Este temblor “fino” se asocia con frecuencia al llanto y cede con la sujeción de la extremidad afectada y con la succión.

En la mayoría de los casos el temblor es el síntoma único y su causa no podrá ser identificada.
Los temblores intensos por el contrario, presentan una menor frecuencia, (menor a 6 veces por segundo), y una mayor amplitud, (rango mayor a 3 cm). Estos temblores pueden estar asociados a trastornos metabólicos, (hipoglicemia, hipocalcemia,abstinencia a drogas), problemas sistémicos, (infecciones,enfermedad tiroidea), o enfemedades neurológicas.

Los temblores neonatales se pueden clasificar en tres grados:

  • Leves: si aparecen sólo cuando el bebé está llorando
  • Moderado: cuando aparece durante la vigilia
  • Grave: cuando aparece en diferentes niveles de conciencia,particularmente cuando el bebé está tranquilo y despierto.

Una de los factores a conocer sobre el temblor es que aunque en su mayoría son de carácter y evolución benigna, hay que diferenciarlos de una crisis epiléptica, con las cuales puede ser confundido.

En comparación con las crisis, los temblores suelen ser de mayor frecuencia y de menor amplitud; ceden al tomar la extremidad o el miembro afectado, y no están acompañados de cambios conductuales u otros signos físicos .Es posible que la causa de los temblores no sea reconocida. La generación de los temblores podría implicar mecanismos de origen central y periférico .Con la maduración progresiva de los tractos inhibitorios, esta sobreactividad desaparecerá progresivamente.

Entre los factores relacionados con los temblores, son de interés los antecedentes matenos y perinatales, donde se debe explorar el uso de sustancias o fármacos en la madre, diabetes, tirotoxicosis, sepsis, hemorragia, uso de anestesia, dificultades en el parto, signos de distrés fetal y de insuficiencia placentaria. El consumo materno de fármacos y drogas merece especial atención, habiéndose comunicado mayor incidencia de temblores e hiperexcitabilidad en los hijos de gestantes que hayan consumido fármacos como antidepresivos, antipsicóticos, benzodiacepinas, opiáceos, cannabinoides y cocaína. La exposición fetal a estas sustancias provoca la aparición de síndromes de abstinencia. Los hábitos alimenticios maternos también deben ser investigados. Los temblores en el recién nacido pueden ser atribuidos, también, al consumo materno de cafeína, chocolates u otras sustancias excitantes del sistema nervioso.También hay que considerar el riesgo de exposición a metales pesados y pesticidas en poblaciones de riesgo ambiental.

Los pacientes temblorosos sin historia perinatal de riesgo tienen una evolución favorable. Sin embargo, los temblores de aparición paroxística pueden confundirse con verdaderas crisis epilépticas por lo que deben ser evaluados por el pediatra y el neurólogo infantil.

Equipo del INVANEP

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