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La deambulación o marcha forma parte de la exploración neurológica y debe investigarse cuando esté alterada.

En la marcha normal el miembro inferior se eleva hacia delante mientras la pelvis se mantiene fija. En el avance, el miembro se eleva desplazándose hacia delante, rodilla en flexión y pie en extensión, evitando que toque el suelo, mientras los glúteos fijan la pelvis. El apoyo en el suelo se alcanza por el talón, y la extremidad es impulsada de atrás adelante por los músculos que flexionan el pie en el sentido talón-punta hasta que el pie apoya únicamente por la zona del dedo gordo. Inmediatamente el pie abandona el suelo elevándose de nuevo.

Tipos de marcha patológica:

Por déficit de fuerza (paresia).  La paresia puede ser central o periférica.

La paresia central se produce por alteración en el cerebelo, núcleos de la base o vías largas medulares descendentes.

  • Marcha hemipléjica: la extremidad inferior avanza en abducción realizando un movimiento en guadaña con el pie en actitud equinovara. El brazo pierde su balanceo, manteniéndose en flexión y pronación delante del tronco.
  • Marcha paraparésica: la espasticidad y equinismo de los miembros inferiores obligan a arrastrar los pies y a balancear la pelvis como mecanismo compensador y para facilitar el despegue. Si existe hipertonía de aductores los muslos se aprietan y las piernas se entrecruzan (marcha en tijera).

Paresia periférica: cuando hay afectación muscular, nervio periférico, asta anterior medular o vías largas medulares ascendentes.

  • Marcha balanceante. Aparece cuando falla la sujeción de la pelvis, que cae del lado del miembro elevado produciéndose un balanceo látero-lateral con inclinación compensadora del tronco hacia el lado contrario. Esta marcha con balanceo de caderas recuerda el andar de los patos y se conoce como marcha de pato o de ánade.
  • Marcha en stepagge. Cuando los músculos distales están afectados, la pierna se flexiona y eleva de forma exagerada, para evitar que la punta del pie toque el suelo. El apoyo no se realiza con el talón sino con la punta o la planta del pie. La lesión del nervio periférico causa una dificultad para extender el pie lo que produce una hiperflexión del muslo sobre la pelvis para que no tropiece el pie en el suelo.

Alteración de la coordinación muscular sin déficit de fuerza:

  • Marcha atáxica: por lesión de los cordones posteriores. Precisa información visual para caminar al faltar la sensibilidad propioceptiva, y se pone de manifiesto al cerrar los ojos. El paciente, aumenta la base de sustentación y mira continuamente sus pies. Se produce el típico taconeo (marcha tabética).
  • Marcha cerebelosa: aumento de la base de sustentación, incoordinación muscular en el automatismo de la posición erecta, hipermetría de los miembros inferiores, avanzando el pie con precaución y tras varias tentativas.
  • Marcha vestibular: desviación lateral hacia el lado del vestíbulo anulado (marcha en estrella).

Causas funcionales:

La marcha antiálgica ocurre cuando intenta evitar el dolor que provoca la marcha y la marcha histérica se caracteriza por incongruencia con un trastorno neurológico concreto pudiendo parecerlo en algún momento y realizar después prodigios de equilibrio que no tienen sentido para la supuesta alteración.

EQUIPO INVANEP

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