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Montserrat Palau-Baduella, Antonio Valls-Santasusanaa, Berta Salvadó-Salvadób

a Servicio de Neurofisiología. Hospital del Mar. Barcelona.
b Centro de Orientación y Asistencia del Desarrollo Infantil (COADI). Barcelona


INTRODUCCIÓN
La alteración cualitativa en la comunicación y el lenguaje es una característica definitoria de los trastornos del espectro autista (TEA) que junto con la alteración cualitativa en la interacción social recíproca y presencia de patrones de conducta, intereses y actividades restrictivos, repetitivos y estereotipados, forman la tríada de alteraciones conductuales que caracterizan esta entidad. La severidad del déficit de lenguaje en los TEA presenta un amplio rango de variabilidad.
Debido a que la finalidad funcional del lenguaje es mediatizar y facilitar la relación social, el conocimiento de las alteraciones en la organización cerebral subyacente a estos trastornos de lenguaje nos puede aportar más datos para entender las bases neurales de los TEA y los factores relacionados con su severidad clínica.
Es improbable que el fenotipo conductual de los TEA pueda explicarse por alteraciones en una única región cerebral, estando implicados varias regiones y sistemas cerebrales.
Este trabajo de revisión pretende establecer una relación entre las alteraciones lingüísticas descritas en los TEA y las anomalías neuroanatómicas y funcionales halladas en las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje desde la perspectiva de los análisis basados en estudios de neuroimagen.

ESTUDIOS ESTRUCTURALES
Los estudios estructurales mediante morfometría basada en vóxel, VBM (del inglés, voxel-based morphometry), que mide la concentración local de sustancia gris (SG) y sustancia blanca (SB), han hallado diferencias regionales de SG y SB en los TEA respecto a los controles.
Distintos estudios con VBM obtuvieron una disminución de SG en región frontal, ganglios basales, tálamo, áreas temporales, áreas parietales y cerebelo. Otros autores reportaron un incremento de SG en áreas frontales, temporales, parietales y áreas subcorticales en ambos hemisferios, implicadas en procesos lingüísticos y de interacción social. Estos hallazgos correlacionaron significativamente con las puntuaciones obtenidas en el dominio de relación social y comunicación de la entrevista diagnóstica para autismo, ADI-R (Autism Diagnostic Interview-Revised).
Al comparar pacientes con síndrome de Asperger respecto a pacientes autistas, se hallaron diferencias anatómicas en las áreas del lenguaje (circunvolución temporal superior, circunvolución parietal inferior y circunvolución supramarginal). Estos resultados coinciden con otros estudios en niños y adolescentes con autismo, los cuales reportan un incremento del volumen de la circunvolución temporal superior y correlacionan estas alteraciones con la función lingüística, debido posiblemente a un fallo en la lateralización del lenguaje en el hemisferio izquierdo. Estos cambios en la SG explicarían las diferencias en la activación cerebral durante la realización de tareas comunicativas y de interacción social, que tienen lugar en el córtex prefrontal medio, circunvolución temporal superior y lóbulo temporal.

También se han descrito disminuciones de SB en el cuerpo calloso y en ambos hemisferios cerebrales. La reducción de SB en el cuerpo calloso sugiere la existencia de una conectividad interhemisférica alterada en áreas frontales, temporales y occipitales. El déficit de SB afecta principalmente el hemisferio izquierdo (incluyendo circunvolución temporal superior y área de Broca), de manera que el retraso del neurodesarrollo en el autismo afectaría a este hemisferio y en consecuencia se explicarían las alteraciones del desarrollo del lenguaje.

Otra técnica utilizada es la medida del grosor cortical (GC) que proporciona un índice directo de la morfología cortical.  Diversos autores detectaron una reducción del GC en el córtex prefrontal, en el surco temporal superior izquierdo y en la circunvolución temporo-occipital izquierda al comparar un grupo de niños con autismo de alto grado de funcionamiento respecto a un grupo control.

Los hallazgos estructurales son importantes desde el punto de vista funcional, ya que las diferencias de VBM y GC se concentran en áreas cerebrales que juegan un papel funcional en la comunicación y el lenguaje, así como en la interacción social, conductas repetitivas y empatía.

ESTUDIOS FUNCIONALES
Los estudios con RMN funcional han descrito patrones atípicos de activación en las áreas del lenguaje de los pacientes con TEA, durante la realización de distintas tareas lingüísticas. En tareas de comprensión, el grupo TEA mostraba más activación en el área de Wernicke y menos activación en el área de Broca.  Además la conectividad funcional (grado de sincronización temporal de activación entre las distintas áreas corticales) era menor.
Durante la compresión de una frase, el grupo TEA mostraba más activación en áreas parietales y occipitales, lo cual sugiere el uso de imágenes visuales de manera habitual para entender las frases, incluso cuando la complejidad de la frase no requiere crear una imagen visual para entenderla. En el autismo el acceso a la semántica mediante imágenes visuales está menos afectado. Al realizar una tarea con un paradigma de razonamiento con un dibujo, el grupo TEA obtuvo más activación en las áreas temporal ventral y parieto-occipital (relacionadas con el procesamiento visuoespacial), mientras que el grupo control mostró más actividad en las regiones frontal y temporal del lenguaje.

Al analizar la compresión de la ironía y la prosodia, los pacientes con TEA mostraban más actividad en la circunvolución frontal inferior derecha y en regiones temporales bilaterales. Este hecho sugiere que puedan reclutar más regiones activadas como parte del circuito neural cuando las demandas de la tarea requieren una atención explicita a señales socialmente relevantes.
En tareas de comprensión narrativa y de fluidez verbal, también se observó más activación en áreas frontales y temporales derechas.
Las dificultades pragmáticas de la comunicación son comunes en los pacientes con TEA, mostrando mayor activación en la circunvolución frontal inferior derecha en las tareas en que el sentido de la frase respecto al interlocutor era incongruente en comparación con las que eran congruentes, este resultado es nuevamente interpretado como una acción compensatoria.

Mediante estudios con magnetoencefalografía (MEG) se analizó la especialización funcional del lenguaje en niños con autismo respecto a controles, y se observó que seguían trayectorias madurativas opuestas en la lateralización del lenguaje. Al realizar un mapeo funcional durante una tarea lingüística se obtuvo una organización cortical atípica del lenguaje.
La actividad epileptiforme, incluso en ausencia de crisis clínicas, puede causar alteración cognitiva y conductual, así como disfunción en el desarrollo del lenguaje. Mediante MEG se localizó actividad epileptiforme principalmente en áreas perisilvianas.
La MEG ofrece la resolución temporal necesaria para analizar la actividad cortical y detectar alteraciones en el procesamiento temporal rápido, que se han asociado a niños con trastornos del lenguaje y TEA. Esta disfunción se cree que contribuye a un desarrollo del lenguaje deficiente, debido a que interfiere con el procesamiento para la percepción del habla.

CONCLUSIÓN
Los estudios de neuroimagen estructurales y funcionales han identificado una asimetría hemisférica atípica en las áreas perisilvianas de los pacientes con TEA. Estos datos apuntan la posibilidad, que la dominancia del lenguaje en el hemisferio derecho refleje una deficiencia en el proceso de lateralización funcional del lenguaje. El hemisferio derecho podría ejercer una acción compensatoria para el déficit lingüístico. Asimismo se ha descrito una baja conectividad funcional entre regiones frontales y parietales, crítica para funciones cognitivas relacionadas con el lenguaje y la comunicación.

 

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